En la época precolombina el territorio que actualmente corresponde al cantón de Tibás, estuvo habitado por indígenas del llamado Reino Huetar de Occidente, que en los inicios de la conquista fue dominio del cacique Garavito. Con los primeros españoles llegados a nuestro territorio nacional, al inicio de la segunda mitad del siglo XVI, vino don Cristóbal de Chaves, quien aparece como el primer propietario de la porción de tierras que hoy constituyen el cantón de Tibás. A mediados del siglo XVIII los herederos de los terrenos de Tibás, estaban representados por tres núcleos de familias: los hijos y los nietos de doña Laureana López de Ortega; los hijos y los nietos del alférez don Tomás de Chaves; y los hijos del capitán español don José de Quirós y Gálvez, nietos por su madre, del citado alférez. Todos eran bisnietos y tataranietos de don Cristóbal de Chaves el primer concesionario de los fundos en el siglo XVI, quienes fundaron el actual cantón de Tibás Los descendientes de las anteriores familias, al tratar de materializar sus derechos, así como el esforzarse por organizar sus haciendas y dar expansión a sus hatos de ganado, trajeron a Tibás labradores que les ayudasen en sus labores agropecuarias, los cuales junto con las familias propietarias, dieron origen al pueblito de San Juan del Murciélago. La región al norte del río Torres fue conocida con el nombre primero de valle del Murciélago, luego El Murciélago; la cual estuvo comprendida por el área que hoy ocupan el cantón de Tibás.
El nombre del cantón, según versión del segundo obispo de Costa Rica, monseñor don Bernardo Augusto Thiel Hoffman, es una palabra de origen indígena, que significa río caliente o hermoso.
El nombre del cantón, según versión del segundo obispo de Costa Rica, monseñor don Bernardo Augusto Thiel Hoffman, es una palabra de origen indígena, que significa río caliente o hermoso.
